Conseguir que nuestras autoclaves operen de manera óptima es muy importante, ya que lograremos numerosos beneficios. Para empezar, mejoraremos la productividad, porque sacaremos el máximo partido al equipo, pero también reduciremos el riesgo de averías, evitaremos retrasos y aseguraremos la calidad del producto. Además, nos permitirá ahorrar costes en uso de energía y mantenimiento.
De cara a garantizar el funcionamiento adecuado de la autoclave, estas son las recomendaciones más importantes:
Un fallo en la instalación de estos equipos puede conllevar muchos dolores de cabeza desde el primer momento. Es probable que nos impida controlar correctamente el suministro de servicios, retrasará la puesta en marcha del proceso productivo e incluso puede suponer daños a personas o al equipo.
Con el fin de evitar estas situaciones, es esencial seguir detenidamente las instrucciones de instalación y que el personal encargado de instalar la autoclave tenga la suficiente cualificación. En este sentido, debemos tener documentación detallada e instrucciones lo más claras posible para que nuestro equipo de técnicos pueda realizar el proceso adecuadamente.
Para la correcta instalación, también es importante contar con asesoramiento por parte de los fabricantes, ya sea presencial o a distancia. A día de hoy, gran parte de los equipos de autoclaves cuentan con software para la conexión remota, de forma que muchas labores de asistencia técnica pueden realizarse sin desplazamiento, ahorrando así tiempo y costes.
Antes de desarrollar un nuevo producto o una nueva formulación, debemos realizar simulaciones para testear los procesos con diferentes equipos. Para ello, es importante tener a disposición autoclaves piloto que nos permitan probar diversos modelos (estáticos o multiprocesos con agitación) en tiradas muy pequeñas o de un solo envase.
Mediante estos ensayos, podremos comparar las diferentes tecnologías de esterilización y evaluar qué proceso es el que mejor se ajusta a nuestras necesidades.
La receta es el factor clave para obtener un nivel adecuado de seguridad alimentaria con el mínimo deterioro del producto. Con la esterilización, conseguimos detener el crecimiento microbiano pero, al ser un proceso térmico, a la vez estamos transformando el producto mediante calor. Por ello, desarrollar una buena receta es esencial para conseguir la mejor calidad del producto alimentario.
En este sentido, existen diferentes factores a tener en cuenta, como son:
- Tiempo de espera máximo entre el envasado y la esterilización.
- Rampa de calentamiento.
- Temperatura.
- Presión equilibrada para mantener la integridad del envase.
- Nivel de agitación.
La receta deberá estar elaborada en función de estas variables y del producto alimentario. Como norma general, es aconsejable mantener el producto a alta temperatura durante el mínimo tiempo posible y enfriar rápido, pero los productos con poco líquido necesitarán rampas de calentamiento más lentas para conseguir una cocción homogénea.
Por otro lado, la presión de la autoclave es otro de los factores imprescindibles a tener en cuenta. Si la presión programada en la receta no es la adecuada, el envase puede sufrir deterioro, tanto por exceso como por defecto, con el riesgo de perder el sellado hermético.
El procedimiento térmico de la autoclave es un método complejo y el punto más crítico de toda la línea de producción. Un funcionamiento óptimo permitirá extender la vida útil del alimento o bebida envasados y mejorar su preservación, mientras que un error puede provocar un grave problema de seguridad alimentaria. Llevar a cabo los procesos térmicos de manera adecuada, además, nos ayudará a extender la capacidad útil de las autoclaves y mejorar la productividad.
A lo largo del tiempo, es habitual que estos procesos tengan desviaciones y es importante detectarlas de forma rápida, identificar su origen y saber cómo gestionarlas. Para ello, es muy recomendable realizar pruebas periódicas de distribución térmica y penetración del calor.
Las autoclaves son equipos que requieren un mantenimiento muy bajo, pero sí es necesario realizar ciertas labores preventivas para evitar averías y alargar su vida útil. Las actuaciones de mantenimiento preventivo y limpieza dependerán en gran medida del nivel de producción y el equipamiento. Por ello, es el responsable técnico de la empresa la persona encargada de decidir las rutinas de mantenimiento, en base a las instrucciones de la autoclave y a su propia experiencia.
A nivel general, las acciones más importantes a realizar para un correcto mantenimiento son:
- Calibración de la medición de temperatura, refiriéndose al termómetro patrón.
- Calibración del termómetro patrón en laboratorio externo.
- Comprobación de las presiones y válvulas.
- Chequeo de ajustes y cierres de seguridad.
- Lubricación del motor y transmisión de la cadena.
- Revisión del equipamiento para localizar desgastes o fisuras y sustitución de piezas en caso necesario.
Si llevamos a cabo este conjunto de actuaciones, conseguiremos aprovechar al máximo el funcionamiento de la autoclave. De esta forma, lograremos mejorar la productividad, obtener altos niveles de calidad en nuestros productos y reducir el riesgo de errores, averías y retrasos en el cumplimiento de los plazos.